La "deuda histórica" y la historia de la deuda

Todo, absolutamente todo, lo que se hace en el atleti es para solucionar el problema de la deuda histórica, sin duda, es de agradecer que la directiva se preocupe por estas cuestiones, sinceramente gracias. Pero... ¿hasta dónde se remonta esta deuda?

Bien, sin duda en el año 1992 no había deuda porque la ley del deporte obligaba a cada club a liquidarla. En principio, así lo hizo Jesús Gil y Gil, 1986 millones de pesetas salieron generosamente de su bolsillo; ¡ah!, ¿no?, ¡uy! ¡qué descuido!, olvidaba que según el ministerio público: «Gil y Gil proporcionó deliberadamente a los socios información inauténtica respecto de la existencia del importe de la deuda y consiguió así, mediante engaño, que la Asamblea le reconociese una deuda de 1.986 millones». Que curiosamente, tampoco llegó nunca a depositar como también fue probado.

Olvidemos ¿rencillas? y pasemos al segundo episodio de nuestra historia. La intervención judicial del año 2000 dejó al descubierto los chanchullos de la familia Gil y de Enrique Cerezo en el club pero, al mismo tiempo, mostró unas cuentas bastantes dignas: El Atlético de Madrid no tenía deudas.

Sin embargo, el balance de situación del Atlético de Madrid, firmado auditado a 30 de marzo de 2004 reconoce que la sociedad tiene una deuda de ¡270 millones de euros! Así son las cosas, ¿cómo pudo nuestra estimada directiva acumular en 4 años esta deuda?

Por muy pozo que fuese la segunda división no debemos olvidar las ventas de Baraja, Valerón, Molina, Capdevilla, Haselbaink, Gamarra y Ayala producidas en estos años. Además del crecimiento del número de abonados, la multiplicación de los derechos televisivos, merchandising...

La situación actual es todavía más alarmante, en la actualidad, se cifra la deuda entre unos ¡420-450 millones de EUROS! según los medios (entre 70 y 75 MIL MILLONES de pesetas). Ni quemando el dinero.

Un extraño podría preguntar por los éxitos deportivos de este período, los títulos valen dinero, pero el resultado es todavía más desesperanzador: un ascenso, dos intertotos y una participación europea.

Y... ¿qué hace nuestra directiva para acometer la deuda?