domingo, 2 de septiembre de 2007

Motta por Luccin

Resulta un pelín extraño que, después de invertir más de setenta y cinco millones de euros, el jugador clave -según Aguirre- del proyecto rojiblanco de este año sea Peter Luccin.

Más extraño es que dicho jugador tuviera solo un año de contrato y no hubiera renovado con el club unas cuantas campañas más, se estaba negociando, bueno, bien, son cosas del fútbol.

No llega a ser muy admisible, sin embargo, que cuando la liga ya está comenzada, se plantee la venta del jugador clave del mediocampo atlético. Ha llegado una oferta del fútbol inglés que Luccin no puede dejar pasar, le ofrecen cinco años y un dineral, el atleti solo ofrecía tres temporadas al francés, bla, bla, bla... es cuestión de horas que Luccin deje el Atlético de Madrid.

No es serio, no lo era. Cualquier club normal habría impedido la marcha del futbolista (fíjense en lo que ha llegado a hacer el Sevilla con Alvés y el Barça con Ezquerro). A Luccin, cualquier club normal le habría impuesto una fecha tope para abandonar el equipo y un precio digno.
-Luccin, si te planteas marchar del atleti este verano, tienes hasta el 15 de Agosto para buscarte nuevo equipo y que traiga tres millones.

De esta manera, te ahorras incómodas bajas de última hora. No es ninguna novedad, son cosas del fútbol y se llevan haciendo año tras año.

Pese a todo, lo más kafkiano del asunto no es la melancólica marcha de Luccin al Birmingham sino que, al final, Luccin se va al Zaragoza... y no cinco años sino ¡tres! (los que le ofrecía el atleti)... y para cobrar mucho menos de lo que se le ofrecía en el fútbol inglés... ¡inaudito! alguien sabe realmente ¿por qué se ha marchado Luccin?

Aún así, lo más surrealista falta por llegar. El dúo Raúl García – Maniche (considerada como la espléndida pareja del medio centro rojiblanco) más la aportación de Cleber Santana y Jurado no son suficiente, conviene apuntalar la zona ancha. La afición lo tiene claro: Riquelme. Hace falta poner en marcha la maquinaria. Se afirma en prensa que Román está hecho, al mismo tiempo que se comenta que Gil Marín irá a Barcelona para negociar por Márquez (siempre fue del agrado de Aguirre), por último también, sale a escena el nombre de Motta.

Estaba claro que vendría Motta. Txiki Begiristain ya había dejado claro que Márquez no estaba en venta y todos sabíamos que -desde julio- había acuerdo con el Villareal por Riquelme, lo que faltaba era interés. La operación Motta ha sido el último episodio del patetismo que caracteriza a nuestros dirigentes.

Motta ha pasado, en un par de años, de ser el protegido de Rijkaard a ser el jugador más deleznado de la plantilla culé. Motta sale por las noches, llega tarde a los entrenamientos y, a veces, ni asiste; una vez se fue a Londres sin permiso en vez de ir a entrenar sin dar explicación alguna. Motta ha conseguido que su representante lo abandone -algo insólito en el mundo del fútbol- y Motta es nuestra última incorporación.

Podríamos pensar que, bueno, que es un riesgo; una apuesta del club, Motta puede cambiar, demostrar el fútbol que lleva dentro... bueno, vale, aún así el fichaje se ha realizado en unas condiciones tan desfavorables que, pase lo que pase, será un fracaso.

En una operación aplaudida desde Barcelona por su ingenio, Motta ha firmado una temporada con el Atlético de Madrid por un millón de euros, ampliable a tres si renueva a final de temporada. O sea, que si Motta es un bluf, la tontería nos cuesta un millón de euros de fichaje y dos de la ficha pero si sale bien, Motta podría marchar para fichar con cualquier otro equipo sin que el atleti vea un duro, ¡coño! para eso mejor una cesión ¿no?

Pues no es lo peor. Motta acababa contrato en el 2008 con el Barça pero si Motta triunfa y, además, se enamora de nuestro club y decide continuar... deberemos pagar 2 millones de Euros más al Barça por un jugador que ya no será suyo porque Motta será libre en aquellas fechas. ¿Alguien puede explicar qué hay ventajoso para el Atleti en esta contratación? pues Motta y el Barça se frotan las manos.

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