Este atleti no rulla’

Comenzar la liga contra el trampas’ era el único obstáculo que presentaba el comienzo liguero para el atleti. Recibir en casa a Mallorca, Racing y Osasuna y salir a Murcia y Bilbao parecía, a priori, un calendario de lujo para empezar fuerte y “aspirar a todo” como se vendía en pretemporada desde la directiva. Incluso, visitar el Cuerna’ no era tan negativo porque el Mandril parecía herido de muerte al inicio liguero.

Pues vaya, el peor inicio de los últimos años, y después de derrochar OCHENTA millones de euros; somos el hazmereir’ de los foros y con razón. El Atleti se ha convertido en un grande venido a menos que año tras año vende la misma moto estropeada, pero ¿por qué?

Básicamente, por lo de siempre: no hay proyecto ni gestión. En el Atleti hay cuatro criterios el de Miguel Angel Gil, el de Cerezo, el de Aguirre y el de García Pitarch. Y ¿qué se hace? pues intentar contentar a todos sin contentar a ninguno. Así tienes fichajes como Simao y Forlán que contrastan con los de Raúl García y Motta.

Aguirre tiene en su haber que, como mínimo, hace que los jugadores no se relajen pero en su contra, ya lo sabemos, que es un rácano, que no le gusta jugar al fútbol y que si pudiera no pondría ni a Agüero pero no tiene cojones para enfrentarse con la grada ni disgustar a la directiva. Motta y Raúl García son su gente.

García Pitarch es un entrenador frustrado que elige los jugadores que le gustan, ese es su único criterio, las necesidades del equipo y los precios de mercado a él no le importan, y ya lo demostró en Valencia. Por eso tenemos un tipo como Simao, buen jugador, vale, pero por 20 kilos, con 28 añazos y cinco de contrato a cinco millones de euros. Como dijo Nuñez: -así ficha hasta mi portera.

Luego está la directiva, eso ya es porno duro; Cerezo es un paleto y lo suyo es burro grande ande o no ande, ya lo dejó claro con Bianchi, a lo grande, que no nos falte de nada, que ya lo pagará otro, porque cuando ya no quede nada yo me voy. Ahora, está controladito después de aquel fiasco que nos costó casi 20 millones de euros. Lo suyo es gente como Reyes, no olvidemos lo que le gustaba Guti, jugadores de clase y renombre de esos que luego no rinden un carajo.

Por último, el hijo del difunto. La primera vez que su padre le dejó hacer un equipo nos trajo a Maturana y al tren Valencia; imagínense. A este le gusta combinar lo contrastado con alguna apuesta personal siempre frustrante, mira Jurado. Además, su capacidad negociadora es la misma que la un niño de 3 años con un millón de euros en la puerta de un casino clandestino: no tiene ni idea. El negociazo de Motta es claro ejemplo de ello, o aquella reunión con Calderón por el affaire Jurado de la que salió con menos de lo que teníamos.

Cuatro hombres, cuatro estilos y todos desconfiando de todos, y todos con la obligación de ponerse de acuerdo con todos. Véase Riquelme. ¡Pobre atleti!