Atleti 1 Murcia 1

Andaba yo pensando que adónde iban esos vestidos de marcianos saliendo del túnel de vestuarios, todo de verde, en pleno Carnaval. Qué graciosos. Y resulta que no eran marcianos sino murcianos con un traje escandaloso, coño. Así no hay manera, nos han pillado el tranquillo y el Atleti, que es de natural y habitual estéticamente correcto, pues salió despistado. Eso y la lluvia que hacía meses que no llovía en Madrid y va y tiene que ser este domingo y en torno a las cinco. Y la gente que ya se cansa y que mucho atleti, mucho atleti oeeee pero si caen dos gotas me pongo donde está cubierto o directamente paso de ir que se está mejor en casa. Y tienen razón joder. Y en Carnaval. Aunque no sé que excusa tuvo el que llama a Reyes: Jose Antonio, y a Pernía: Mariano, el que se sienta a mí lado. No sé que excusa tuvo para no venir. En mi sector siempre es carnaval y casi más entierro de la sardina o entierro a secas.

Y los fondos y el Frente y el resto también fueron de entierro con unos días de antelación. Esto huele mal. ¿No será que ya está muerto y empieza a oler?

Dejemos el Carnaval, seamos serios. No hace falta más que once tíos vestidos de marcianos, y que no son demasiado buenos jugando al fútbol, para demostrarnos que haga lo que haga este año el Atleti, si es que hace algo medianamente digno, será gracias a Agüero, el trabajo -que no el acierto- de Forlán, la intensidad de Raúl García y nada más. Simao: vale, está mejor. Pero es que empezó tan mal o no maaaal, taaaan insípido, ajeno a todo estoooo que ahora hace algo interesante, una chorradita, un quiebro o un amague y nos vale. Claro que el portugués debe mirar quién es el que está detrás de él –Jose Antonio, sí, Jose Antonio- y ya sabe que con no auto-expulsarse mejora con creces el rendimiento.

Mirar nuestra defensa en un día como el de ayer y bajarse las ganas de juerga carnavalesca, es todo uno, o quizá no, todo lo contrario. Uno ve a Eller y lo que ha sido capaz de hacer este muchacho con su vida y es darse cuenta de que en la vida todo puede suceder. El ‘atlético dream’ se ha hecho patente en este buen hombre. Resulta cómico ver como empieza el cincuenta por ciento de las jugadas del Atleti, ¡con un par! Y ya no se consuela como antes en pasar el balón horizontalmente a Pablito o a Perea, es que se ve tan superior -o ve a los otros tan incapaces- que rompe la mínima presión del rival y se va para arriba. Hay que alentarle más desde la grada hombre. El chaval lo intenta y ese movimiento táctico es el arma de nuestro equipo para lo que queda de temporada. Otro cuarenta por ciento las empieza Pernía. Pues eso, Pernía es un vendepatrias, es calvo feo y entra generalmente a destiempo. No tiene ninguna inteligencia. Es mentira que nunca haya metido un gol de falta, pero nunca es nunca, fue toda una ilusión. Es todo lo que queráis, y además, es muy malo. Muy malo. Y él empieza el cuarenta por ciento de las jugadas del atleti y menos mal porque el otro diez por ciento restante son los pelotazos de Perea. Podemos pensar que este equipo va a hacer algo en UEFA y que vamos a llegar a Champions y podemos soñar lo que queramos, que los sueños, sueños son. Pero esta es la defensa que tenemos. Es como encontrarte a cuatro quinquis en un callejón de noche y no saber cuál de los cuatro te va a dar la puñalada. Y no sólo eso, es que tienes un alto tanto por ciento de posibilidades de que los cuatro se pongan dale que te pego con el machete. Esta defensa se ceba con nuestro equipo. Son unos cabrones.

Se silbó al árbitro. Bien está hacerlo sobre todo cuando no arañamos ni una mísera tarjeta merecida al rival. Y se silbó a Eller, la mesilla de noche que Pitarch se trajo el año pasado. Parece que la campañita de todos los años ‘silbe Ud. a quién crea más incapaz, pero no se le ocurra mirar al palco’ está empezando a hacer estragos. Ya veremos a cuál de los dos se decide en el futuro echar la culpa del enésimo desastre gilista. Puede que a Pitarch, más original sin duda, y más elaborado que echársela al Aguirre de turno. Sin duda nuestra grandísima afición daría un paso de gigante echándole la culpa por ejemplo a Pitarch, el secretario técnico. Echársela al entrenador es de aficiones lerdas. Yo esperaré a lo que me diga el Marca, el As y los programas deportivos para saber de quién es este año la culpa. No vaya a ser que me equivoque y se me escape algún acto de indignación hacia Gil y Cerezo.

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