Atleti 3 Villarreal 4

Trapattoni... alguien debería contratar a este maestro de la defensa y del juego coñazo, aunque sólo sea para que nos fiche 3 ó 4 defensas de garantías, les enseñe como se defiende y, si eso, a los 3 meses se le larga como se hizo con Bianchi. Porque ni el aluvión de goles que estamos recibiendo últimamente, ni eso que parece que es juego espectacular y ofensivo que estamos realizando, es de recibo. Esto no es fútbito. Y lo nuestro no es tampoco poderío ofensivo, no nos debemos engañar. Tenemos –teníamos hasta este partido ya que Forlán se lesionó y no jugó- una de las mejores delanteras de Europa. Que bien se sabe vender la moto, y es verdad, la delantera titular está muy conseguida, pero este no es un equipo ofensivo y la algarabía fácil de nuestra afición no estaba justificada, ¿o sí? Yo mismo estaba ilusionado.

Ya me he desilusionado.

A las 17:00 había 55.000 atléticos confusos, con el cocido en la boca del estómago, en el Calderón. Entradón. Y a los 25 minutos ya 2-0. Sin demasiado ¿eh? una buena entrada al remate de Pablo a la salida de un corner y un jugadón de Simao a pierna cambiada. Algarabía en la grada (me ha gustado la palabra, ahora dudo que sepa lo que significa), pero amigo, nuestra defensa titular es tan flojita como la suplente, que ya es decir. Personalizar en Perea y Leo Franco sería poco noble, sería cebarse, pero sí, yo los fusilaría delante del resto de la plantilla. Eso no sería personalizar, eso sería hacer justicia y dar ejemplo. Este partido había que ganarlo. Quería seguir ilusionado una semana más...

Y no ha podido ser. Y no aprendo. Y la grada tampoco.

Así es, cuando lo único que se silbaba en el Calderón, una tarde más, fue sólo a Leo Franco -que como se sabe, va a tener que cambiar de nombre tras la entrada en vigor de la Ley de memoria histórica- y no a los malos responsables de una plantilla en la que no se han gastado los sesenta millones de euros que dicen. Porque si eso se hubiera gastado bien tendríamos un par de centrales suplentes de garantías, y un delantero suplente de garantías, y seguiríamos teniendo a Torres, y el Calderón sin vender. Y además, no hay nada más estúpido que silbar a tú portero y más, cuando el que tienes de suplente canta igual o más.

La muchedumbre sale hacia los bares de fuera. Cabreo generalizado pero contenido. Una buena oportunidad perdida para seguir soñando. Esperemos al Almería.