Que siga la ¿fiesta?

Con tanta euforia (o éxtasis): cuatro victorias consecutivas en el Calderón, record de goles en casa, puesto 45 en la IFFHS, equipo en puestos champions,... parece que han pasado desapercibidas un par de noticias publicadas por diversos medios el 23 y el 29 de octubre.

La primera anunciaba que todos los estadios españoles (Santiago Cuernabeu’, Nuevo Mestalla y Montjuïc) que aspiraban a la celebración de finales continentales las temporadas 2009-2010 y 2010-2011 habían pasado el corte; bueno, todos no, un estadio había quedado en el camino: el Vicente Calderón. La segunda recogía la elección del Sevilla F.C. como nuevo miembro del G-14 en detrimento del Atlético de Madrid.

Teniendo en cuenta que los criterios de selección de los estadios para albergar una final continental vienen dados por la infraestructura, la funcionalidad y el aforo de los estadios así como el alojamiento, transporte y aeropuertos de las ciudades en las que se sitúan, no queda muy claro como un estadio “5 estrellas” como el Calderón, con un aforo (alrededor de 55.000 espectadores) superior al de otros candidatos europeos (como el Lansdowne Road irlandés o el Hamburg Arena alemán) haya sucumbido a las primeras de cambio, y más, teniendo en cuenta que en breve será derruido. El argumento sentimental siempre ha primado en este tipo de decisiones; al fin y al cabo, tanto el Nuevo Mestalla como Monjuïc tendrán otras oportunidades, el Calderón ya no.

Por otro lado, el mítico (y mal llamado) G-14, fundado en el año 2000 por 14 clubes europeos, y ampliado en el 2002 a 18 miembros, ha anunciado ahora su ampliación a 40 equipos de 23 países diferentes. España junto con Italia, Inglaterra, Francia y Alemania serán los países más favorecidos con cuatro equipos cada uno en el prestigioso grupo. El último ingreso es el Sevilla, dos copas de la UEFA, una supercopa de Europa, una copa del Rey y una supercopa de España: sus números. El Atleti, que apelaba a su historia y a su afición, quedó fuera.

Con todo lo ya dicho, extraer conclusiones parece fácil: los dos goles del Kun al Lokomotiv son la única aportación de nuestra directiva al prestigio europeo de nuestro club en los últimos diez años.

Madrid, Barça, Valencia y Sevilla nos pasan por delante a los ojos del G-14; para la UEFA, ni el derribo de nuestro estadio ha sido motivo suficiente para tributarle un póstumo homenaje. ¿Cómo y cuándo podremos recuperarnos de todo esto?

De todas formas, la afición parece vivir al margen de lo que el Atleti ha desaprovechado durante todos estos años. Sólo un blog, de las numerosísimas publicaciones (no oficiales) on-line dedicadas al Atlético de Madrid, recoge la noticia: stop giles y cerezo, enhorabuena; el resto siguen gozando, pues adelante, que siga la ¿fiesta? ¡Pobre atleti!